Hoy nos enfrentamos a vivir en un mundo exigente en cuanto a tu apariencia física y estética, y vemos como cada vez más niños, niñas y adolescentes crecen influenciados por responder más a la apariencia física estética que a su propio bienestar psicológico.
Este fenómeno conocido como cosmeticorexia se encuentra vinculado a la obsesión por el cuidado de la apariencia “sin imperfecciones y el uso excesivo de productos cosméticos”; y en niñas y adolescentes es una tendencia al alza.
Por mi negocio me ha tocado experimentar este tipo de fenómeno, he atendido padres y madres con niñas de entre 07 a 12 años en búsqueda de Vitamina C u otro tipo de ácidos para el rostro de sus hijas, cuándo les he comentado que nuestra Cosmética es para mujeres y hombres sobre 27 años ya que la niña no necesita más que una hidratación con un producto adecuado a su desarrollo, y fotoprotector, muchos se han enfadado o le quitan el peso a lo que uno puede observar.

En redes sociales hoy vemos videos de niñas aplicándose cosméticos, maquillaje, obsesionadas con rutinas de skincare y marcando estereotipos e influencias de cómo debe verse una niña con su piel “perfecta”. Del mismo modo, somos los adultos responsables de ese cuidado del niño y niña, sin embargo, podemos ver más al alza niñas celebrando sus cumpleaños como Spa, regalando maquillajes en algunas ocasiones sin ser consciente de los componentes oclusivos y no tan beneficiosos para la salud de la piel que pueda contener este producto.
Esto puede ser perjudicial a su corta edad ya que puede obstruir sus poros por la sobresaturación de productos, desarrollar algún tipo de alergia o irritarla si su uso es frecuente, generando a la larga un desequilibrio en la barrera cutánea.

La cosmeticorexia nos lleva a reflexionar, evaluarnos, estar atentos en las conductas y patrones con nuestros hijos e hijas, entender qué no siempre la moda y la tendencia es lo que nos lleva a un bienestar profundo.
Ester Millahueique Martínez
Fundadora Millaray Chile