Por Francisco Darmendrail
Periodista titulado de la Universidad de Concepción
Magíster en Historia Económica y Empresarial
Universidad Adolfo Ibáñez (UAI)
Entre los años 1914 a 1918 se desarrolló la denominada Primera Guerra Mundial. Enfrentamiento que involucró a gran parte de las naciones del orbe, marcando un antes y después en nuestra historia Un enfrentamiento que se inició en Europa y que posteriormente tuvo repercusión en otros estados, cuyo resultado fue la desintegración de cuatro imperios, la firma del Tratado de Versalles, que sólo fue una tregua y no un pacto de paz. Una paz que por cierto tuvo un costo de 16 millones de personas, entre civiles y militares.
Aunque Chile mantuvo su neutralidad, no permaneció ajeno a la “Gran Guerra”. En sus costas tuvo lugar un episodio que llevó el eco del conflicto mundial al extremo sur del continente: el Combate Naval de Coronel, ocurrido el 1 de noviembre de 1914, también conocido como el “Combate de Todos los Santos”.
Aquel día, frente a las costas de Coronel, actual Región del Biobío, se enfrentaron la Escuadra alemana del almirante Maximilian von Spee —integrada por los cruceros acorazados Scharnhorst y Gneisenau, y los cruceros ligeros Leipzig, Nürnberg y Dresden— y la Royal Navy británica, al mando del almirante Sir Christopher Cradock, con los buques Good Hope, Monmouth, Glasgow y el auxiliar Otranto.
El combate se inició cerca de las 19:00 horas, cuando el Scharnhorst abrió fuego sobre la flota británica. En pocas horas, la Marina Imperial Alemana obtuvo una contundente victoria. Los cruceros británicos Good Hope y Monmouth fueron hundidos, y más de 1.600 marinos británicos perdieron la vida, incluido el propio almirante Cradock. Se cuenta que los estruendos del enfrentamiento fueron escuchados incluso en Valparaíso y en diversos puertos del sur de Chile.
Los buques Glasgow y Otranto lograron escapar, mientras la escuadra de von Spee arribó a Valparaíso dos días después para abastecerse. Su siguiente objetivo era atacar las Islas Malvinas (Falkland Islands), bajo dominio británico, lo que derivó en un nuevo enfrentamiento el 8 de diciembre de 1914. En esa batalla, la suerte se invirtió: la escuadra alemana fue destruida y von Spee murió junto a dos de sus hijos y gran parte de sus hombres.
Más allá del hecho bélico, el Combate Naval de Coronel tuvo una profunda repercusión simbólica y diplomática para Chile. El episodio puso de relieve la posición estratégica del país en las rutas del Pacífico sur y evidenció cómo, aun en tiempos de neutralidad, su mar podía convertirse en escenario de tensiones globales. En Coronel se erigió un monumento conmemorativo que recuerda a los marinos caídos, tanto británicos como alemanes, como un gesto de respeto hacia quienes protagonizaron una de las batallas más recordadas de la Primera Guerra Mundial fuera de Europa.



