¿Hay un fin más relevante que ser feliz? No es casualidad que el curso más popular de Harvard sea “Psicología Positiva”, impartido por el profesor Tal Ben-Shahar, Ph.D., el cual explora la psicología de la felicidad. Desde el inicio de los tiempos, el ser humano ha buscado primero sobrevivir y luego satisfacer sus necesidades, alcanzando nuevos niveles de superación. Estos objetivos persiguen dos fines principales: sentirse seguro, huyendo del dolor y el miedo, y encontrar el placer, idealmente hasta llegar a la plenitud física, mental, emocional, relacional, financiera, social y/o espiritual.
Este afán nos ha llevado de vivir en cuevas a construir edificios y casas llenas de comodidades y lujos; de andar desnudos a cubrirnos con hermosas ropas y joyería. Buscamos beneficios en cada área de nuestra existencia con la esperanza de alcanzar el tan anhelado tesoro: la felicidad.
Definiciones y Percepciones de la Felicidad
A lo largo de la historia, la felicidad ha sido definida desde innumerables perspectivas personales y culturales. Para una madre, la felicidad podría ser ver a su hija graduarse; para la hija, encontrar a su pareja ideal; y para la pareja, comprarse las zapatillas de moda. Al igual que el éxito, sentirse feliz es algo muy personal. La felicidad no se piensa, se siente. Es un sentimiento que nace de una emoción, la cual, paradójicamente, proviene de un pensamiento.
Desde esta premisa, podemos definir que la felicidad es una emoción pasajera, pero que puede repetirse continuamente hasta generar un estado frecuente. A diferentes personas las hacen felices diferentes circunstancias, pero la sensación de felicidad proviene de nuestro cuerpo, específicamente de nuestras hormonas: dopamina, serotonina, endorfinas y oxitocina.
Los Caminos hacia la Felicidad
Estas hormonas se secretan con mayor frecuencia y cantidad bajo ciertos estímulos, tales como hacer ejercicio físico, conectarse con la naturaleza, abrazar y ser abrazado, sonreír (incluso si la sonrisa es fingida) e imaginar cosas agradables. Estos estímulos nos brindan una sensación de bienestar y felicidad.
En resumen, la felicidad es un objetivo universal, de perspectiva personal, que se siente más que se piensa. Aunque es una emoción pasajera, puede ser cultivada para generar un estado de bienestar frecuente. Encontrar y entender lo que nos hace felices, y fomentar esos estímulos en nuestra vida diaria, es clave para alcanzar y mantener la felicidad.
Rodrigo Aguayo Pantoja
Coach con Programación Neurolingüística y Team Coaching
Fundador de SUME, empresa de desarrollo personal y organizacional.