Fotografía: Alfabetización Digital
Desde que la revolución tecnológica irrumpió en las salas de clase, se han producido avances que continuamente representan un aporte en el desarrollo educativo primario de los infantes, pero que a su vez traen consigo un gran número de preocupaciones y retos para los educadores y apoderados.
Desde finales del siglo XX, la evolución de la tecnología ha permitido que la entretención y principalmente la información se encuentre a un tecleo de distancia, e incluso menos. El uso de los avances en la educación ha pasado de ser una herramienta novedosa a una parte integral de la pedagogía.
Esta oportunidad plantea desafíos importantes, por un lado, los estudiantes tienen la posibilidad de adaptar la tecnología a sus necesidades y acceder directamente a la enorme enciclopedia virtual que es Internet, complementando su experiencia de aprendizaje. Sin embargo, la sobreexposición a dispositivos electrónicos y la dependencia de la tecnología pueden tener efectos negativos en la salud física y mental.
Las salas de clases
Los docentes viven constantemente esta realidad y se enfrentan a diario a los nuevos desafíos de la época. Tal es el caso de Olivia Daza Pincheira, quien ejerce como profesora de enseñanza básica desde el año 2005. En su experiencia, la maestra relató cómo desde su formación ya se tenía prevista una constante evolución, “recuerdo que un profesor de la Universidad de Concepción siempre nos inculcó que el uso de la tecnología iba a ser una herramienta para el futuro, pero que esa herramienta no nos quitará las ganas de pensar, y él tenía mucha razón”.
Con la llegada del internet y la implementación de tecnología en las salas, Olivia afirma que todo es más rápido y que el buen uso de los aparatos permite fortalecer la entrega de contenidos. Esta situación ha permitido suplir algunas necesidades de los estudiantes, tales como los problemas de visión y concentración: “Usted le puede sacar provecho de muchas formas, como quienes ven menos y que hacen zoom. A los niños les gustan estas cosas, según ellos la pasan muy bien”, afirmó la docente.
Consideraciones
El uso de dispositivos tecnológicos y software educativo puede ayudar a los estudiantes a desarrollar habilidades digitales que son cada vez más importantes en la sociedad actual, además de fomentar la búsqueda y selección de información relevante, siempre y cuando exista acompañamiento y supervisión, sobre todo en los cursos más pequeños.
Es en este contexto que, Fiorella Riva, psicóloga infantil y juvenil especializada en el área educativa, destacó que “hace falta mucha supervisión, saber qué límites poner con respecto al tiempo en pantalla, el contexto de uso y el contenido que pueden utilizar es crucial para que las nuevas generaciones desarrollen una relación sana con las nuevas tecnologías”.
Además, la profesional recalcó que la escasez de límites respecto al tiempo que pueden pasar frente a pantallas puede contribuir a desarrollar problemas físicos y también podría reducir las interacciones sociales cara a cara con sus pares y maestros, o dificultades en el desarrollo de la autonomía y habilidades socioemocionales en general.
La brecha
A pesar de los avances tecnológicos, no todos los centros educativos ni todos los estudiantes tienen acceso igualitario a la tecnología. La psicopedagoga Romina Lira, asegura que a pesar de haber egresado el año 2022, ha trabajado con alumnos que no poseen acceso a tecnología, “trabajábamos todo en presencial y con libros”, declaró.
La falta de acceso a la tecnología puede dejar a los estudiantes en desventaja en un mundo cada vez más digitalizado, donde las habilidades tecnológicas son esenciales tanto para la educación como para el futuro laboral, es por esto que el equilibrio entre el uso responsable, y la reducción de la brecha digital son fundamentales para garantizar que esta revolución beneficie a todos los estudiantes y docentes en la sociedad actual.