La iniciativa Verde 360 nació en 2006 a partir de una coincidencia que marcaría el rumbo profesional de su fundador, Manuel Feliú. Ese año, Feliú estableció contacto con Andrea Schmidt, emprendedor alemán y fundador de Indoor Landscaping, una empresa dedicada al desarrollo de jardines verticales en Alemania.
El encuentro con Schmidt se produjo de manera fortuita, pero derivó en una relación profesional que permitió a Feliú interiorizarse en una tecnología entonces poco conocida en Chile. Ambos se reencontraron en México, donde Schmidt asesoraba a una empresa recientemente fundada: Verde 360 México. Durante un mes, Feliú realizó una pasantía allí, colaborando con el equipo y aprendiendo directamente la técnica de jardines verticales.

Con la aprobación del equipo mexicano, regresó a Chile con el desafío de desarrollar un proyecto similar en el país. No existía una relación contractual, sino un espíritu de colaboración orientado al desarrollo de tecnologías emergentes. Desde ese momento, el vínculo se ha mantenido hasta hoy, trabajando en conjunto y compartiendo experiencias y soluciones entre ambos países.
Entre 2006 y 2009, Feliú se dedicó a estudiar hidroponía y a experimentar con prototipos en Santiago. Fue entonces cuando un amigo arquitecto, conocedor de sus avances, le comentó que había vendido un proyecto de jardín vertical a un cliente. Ese encargo se convirtió en el impulso definitivo para formalizar la empresa: nació así Verde 360 Chile.
Los primeros proyectos fueron pequeños, desarrollados mientras Feliú aún mantenía su trabajo principal. Cada jardín construido requería mantención, lo que le permitió seguir profundizando en el funcionamiento de estas estructuras y perfeccionar la técnica. Con el tiempo, la empresa asentó su especialidad: jardines verticales hidropónicos, que funcionan como una fachada ventilada impermeable al muro portante y alimentada por una solución nutritiva que permite el crecimiento de las plantas.

En 2016, durante un periodo de crecimiento sostenido y creciente demanda, Feliú tomó la decisión de dejar su antiguo trabajo y dedicarse por completo al emprendimiento. Desde entonces, la empresa ha recibido proyectos cada vez más desafiantes y ha ido consolidando un equipo técnico y creativo.
Hoy, Verde 360 cuenta con alrededor de 16 personas, entre arquitectos, arquitectos paisajistas, especialistas en mantención, administración, contabilidad y prevención de riesgos. El equipo de mantención, el más numeroso, ha debido capacitarse en nuevas técnicas, normativas y trabajos en altura, a medida que los proyectos se vuelven más complejos.
Pese a seguir considerándose una empresa pequeña, Verde 360 se ha consolidado con una identidad clara: incorporar naturaleza a la ciudad, integrándola desde el diseño arquitectónico y generando espacios vivos que transforman muros en ecosistemas.
“Lo que más nos motiva”, señala Feliú, “es enfrentar nuevos desafíos de diseño y ejecución para seguir acercando la naturaleza al entorno urbano”.



