Cuando hablamos de bienestar, es común pensar primero en el ejercicio físico como la clave para mantener una buena salud. Sin embargo, la alimentación juega un papel igualmente crucial, y esto lo resalta Cristian Urra Jara, kinesiólogo con Máster en Terapia Manual Ortopédica, con especialización en trastornos cráneo – Cérvico – mandibulares y columna.
Según Urra, lo que comemos a diario no solo influye en nuestro peso, sino que tiene un impacto directo en nuestros niveles de energía, el estado de ánimo y la capacidad de concentración. «La alimentación es fundamental para mantener un organismo sano y funcionando de manera óptima», señala el kinesiólogo, quien subraya la importancia de hacer pequeños ajustes en los hábitos alimenticios para mejorar la salud y el bienestar.
Pequeños cambios, grandes resultados
Realizar ajustes sencillos en la dieta puede generar mejoras significativas en nuestra salud general. «Incorporar alimentos frescos, naturales y equilibrados puede marcar una gran diferencia en cómo nos sentimos día a día», asegura Urra. Estos cambios no solo impactan nuestra salud física, sino que también tienen efectos positivos sobre la calidad de vida.
Es importante destacar que la clave está en implementar hábitos sostenibles a largo plazo que favorezcan una vida más saludable. «No se trata de seguir dietas restrictivas o modas alimentarias pasajeras, sino de adoptar hábitos alimenticios equilibrados que podamos mantener con el tiempo», señala el experto.

La Importancia de la guía profesional
Urra recomienda contar con la orientación de un especialista en nutrición para obtener resultados más efectivos y duraderos. Un enfoque personalizado, adaptado a las necesidades y objetivos individuales, es esencial para lograr una transformación positiva en los hábitos alimenticios. «Un nutricionista puede ayudar a crear un plan adecuado teniendo en cuenta factores como el estilo de vida, las necesidades energéticas y los objetivos personales de salud», explica el kinesiólogo.
Un enfoque integral para el bienestar
El bienestar no es solo el resultado de la actividad física, sino que depende de un enfoque integral que incluye no solo ejercicio, sino también una nutrición adecuada y descanso. Todos estos factores se complementan y son fundamentales para una vida equilibrada y saludable. «Es importante entender que el bienestar es un proceso que involucra múltiples aspectos del cuidado personal. La alimentación es un pilar esencial en este camino», concluye.
En resumen, la alimentación debe ser vista como una pieza clave en la búsqueda del bienestar general. Mantener una dieta equilibrada, adaptada a las necesidades de cada persona y con la guía de profesionales, es fundamental para lograr un mejor rendimiento físico, mayor energía y una calidad de vida.