¡Colores, creatividad y mucha pasión! La historia de las carteras únicas de Popa

p

Cuando el amor por la moda se encuentra con el arte de lo artesanal, nacen productos que no solo son accesorios, ¡son verdaderas obras de arte! Hoy les contamos la inspiradora historia de Karina, una diseñadora que ha logrado darle un giro único al mundo de las carteras, combinando materiales, colores y técnicas de una manera innovadora. Pero antes de conocer su trabajo, démosle un vistazo a su fascinante trayectoria.

De tejedora a diseñadora: El inicio de un sueño

La historia de Karina o Popa como le dicen sus cercanos, comienza en el mundo del tejido, donde la pasión por las manualidades y los colores vivos fueron su primer lenguaje creativo. Desde el fieltro hasta el crochet, todo era motivo para experimentar y crear. Sin embargo, el verdadero giro llegó cuando, debido al trabajo de su marido, se mudó a Argentina. Allí, lo que inicialmente fue un enfoque en la moda y el diseño, se convirtió en una aventura llena de aprendizajes, descubrimientos y, sobre todo, mucha creatividad.

“En Buenos Aires, decidí estudiar diseño de vitrinas y moda, y durante una de mis clases, tomé un curso para aprender a hacer carteras de cuero completamente a mano. Desde ese momento, ¡me enamoré del cuero y la posibilidad de crear accesorios!” comenta Popa con entusiasmo.

Desafíos y la búsqueda del material perfecto

Una de las mayores dificultades que ha enfrentado Popa al desarrollar su negocio ha sido la falta de variedad principalmente de colores y texturas de los materiales. Cuando voy a comprar, los cueros disponibles son rígidos y duros, costando mucho trabajarlos. Las carteras se hacen por el revés y luego se giran, dificultando encontrar los materiales flexibles como en Argentina, donde la variedad es enorme. Acá recién están llegando algunas cosas”, explica.

Esta dificultad al acceso a materiales ha sido una de las mayores barreras, pero también la motivación para buscar alternativas y viajar a Argentina para conseguir los mejores cueros y materiales. “A veces voy a otras tiendas a comprar y les muestro mis cuadros de colores y me dicen ‘¡Qué lindo! Mándame los datos, ya que en muchos casos no tienen acceso a la variedad que yo traigo de allá. Esta diferencia me da una ventaja para poder crear combinaciones únicas”.

El equilibrio perfecto entre estética y funcionalidad

Un desafío fundamental en el diseño de carteras es equilibrar la estética con la funcionalidad. Para Karina, esto es esencial, ya que sus carteras deben ser tan atractivas visualmente como prácticas para el uso diario. “Cada diseño busca fusionar la estética con la funcionalidad. La idea es que la cartera sea algo visualmente llamativo, pero a la vez útil. Es importante que pueda usarse tanto en el día a día como en eventos especiales, dependiendo del outfit”, comenta.

Este enfoque personaliza cada modelo según las necesidades de sus clientas. “Últimamente he notado que muchas buscan carteras pequeñas, pero que a la vez puedan llevar todo lo necesario: el celular, el tarjetero, el labial… Todo sin perder estilo. Y por otro lado, algunas prefieren carteras más grandes para llevar más cosas. Cada modelo tiene una función diferente y eso se debe a escuchar lo que las clientas me piden”.

Además, Popa ha desarrollado la opción de intercambiar elementos de sus carteras, como las cadenas y los strap. «Cada cliente puede personalizar su cartera y darle su propio toque. Por ejemplo, una cartera con colores intensos puede llevar un strap más suave o viceversa, lo que hace que la pieza sea aún más única».

Innovación y personalización al detalle

Una de las creaciones más recientes que ha causado sensación es el modelo “Agustina Corazones”, una cartera tipo sobre que tiene dos caras, cada una con diferentes combinaciones de colores y un diseño de corazones. “A esta cartera le puedes agregar cadena o strap, y dependiendo de la combinación, la puedes usar para diferentes ocasiones. Son completamente diferentes por cada cara, lo que permite que cada cliente tenga una pieza única que se adapte a su estilo y necesidades”.

El proceso de personalización es vital para Karina. «Lo que más disfruto es poder darle a mis clientas la opción de hacer sus carteras suyas, eligiendo los detalles que las hagan sentir identificadas».

Desafíos, sostenibilidad y el futuro de la marca

En su constante búsqueda de innovación, Popa también ha integrado la sostenibilidad en su trabajo. “El tema del reciclaje es algo que siempre me ha interesado. Ahora, algunos de mis modelos están hechos con jeans reciclados, y han tenido una excelente aceptación. Estoy comprometida con la idea de evolucionar con los materiales, siempre buscando opciones que sean más amigables con el medio ambiente”, asegura.

Este enfoque no solo se refleja en el material, sino también en el proceso. Como diseñadora, Karina está muy enfocada en la educación y la transmisión de su conocimiento. “Me gustaría en el futuro poder enseñar todo lo que sé. A pesar de los desafíos de mudarme constantemente, tengo la idea de crear un espacio físico donde pueda compartir mis conocimientos y ayudar a otras personas a emprender en el mundo del diseño y la moda. Es un sueño que tengo desde hace tiempo”, comenta con emoción.

Un futuro brillante y lleno de posibilidades

El futuro de Popa está lleno de proyectos, no solo de expansión de su marca, sino también de la creación de una comunidad de aprendizaje. «El año que viene quiero enfocarme en ferias grandes para poder mostrar mi trabajo a un público más amplio. Aunque las ferias pequeñas son una buena forma de conectarse, mi enfoque está en eventos más grandes donde pueda tener un impacto más significativo”.

Sin duda, el camino de Karina está lleno de pasión, creatividad y una fuerte visión de futuro. ¿Te animas a tener una pieza única de su colección? Sigue su trabajo en sus redes sociales, donde siempre comparte las últimas novedades y lanzamientos. ¡Cada pieza es una historia, cada cartera es una obra de arte!

p

Un libro, una cita y una idea: así nació un club de lectura que celebra la literatura emergente

Un grupo de lectoras, hasta entonces desconocidas entre sí, coincidió en el lanzamiento de un libro en la Librería Trayecto del Metro en Santiago. Entre saludos tímidos y comentarios sobre la obra que habían leído en común, surgió una conversación con Felipe Briones, uno de los dueños de la Editorial Trayecto, quien —medio en broma— comentó que la editorial debería tener su propio club de lectura.

Ver artículo »
error: Contenido protegido