Para nadie es un secreto la enorme cantidad de actuales adeptos que tienen los juegos competitivos en línea. Hasta la fecha, y todavía más durante la reciente pandemia, la inversión económica en esta práctica se disparó, generando nuevas oportunidades laborales en distintas áreas profesionales. Sin embargo, a pesar de este crecimiento exponencial, el proceso para pertenecer formalmente al sector sigue siendo difícil.
Las competencias en los deportes electrónicos son un fenómeno global, comúnmente distribuidas en regiones que agrupan a determinados países. Chile, ubicado en América Latina, suele convivir con las principales naciones del Cono Sur, tales como Argentina, Brasil, Uruguay y en algunos casos puntuales con Perú.
No obstante, tal parece que solo se desarrolla en los mismos servidores, pero con distinto afán de expandir los alcances de este campo, dado que fundamentalmente Brasil y Argentina, han demostrado ser mejores en cuanto a la entrega de oportunidades a los recientes talentos, mientras que en Chile, pese a la gran cantidad de jugadores y profesionales del rubro, se ven forzados a migrar por la falta de posibilidades.
Condiciones y sacrificios para vivir de los videojuegos
Nicolás Vásquez, se desempeña como director deportivo del equipo trasandino de competencias electrónicas OXEN Latam. En su camino dentro de la industria, ha visto la evolución de decenas de personas, y señala que son varios los factores necesarios para que puedan adentrarse en esta escena y logren convertirlo en un trabajo formal. “El éxito de la carrera de un jugador, depende de su calidad y talento, sin embargo, también está sujeto al apoyo que se le entrega en su casa. Ser profesional requiere estar largas horas en el computador y ahí tu familia es crucial y por desgracia, importa donde te toque participar. En Argentina hay muchas más marcas que invierten su dinero en hacer crecer el ecosistema, por lo tanto, a los chicos de allá se les vuelve más fácil”, explica Vásquez.
En Chile no se descartan las mismas alternativas que se presentan en otros países. No obstante, no toda la responsabilidad del estancamiento en el crecimiento recae en la falta de apoyo de las empresas y entidades gubernamentales.
Es importante destacar que no todos los problemas surgen únicamente por la carencia de capital financiero. “Nuestra lectura es clara, en el país hay muy poco equipo que trabajen seriamente, con esto me refiero a grupos que tengan claramente definida una estructura deportiva. Acá la gente piensa que se trata solo de jugar, de participar y ganar. Pocas veces lo proyectan a largo plazo”, aclara.
Esta industria, en su primer tramo es una inversión a ciegas, puesto que para lograr sobresalir es necesario dedicarle una considerable cantidad de tiempo y la retribución monetaria tarda en llegar. Antes de convertirlo en un trabajo remunerado es un sacrificio. Así lo considera Javiera Vidal, jugadora amateur que recientemente abandonó de forma temporal su sueño de ser profesional por las presiones del entorno, actualmente tengo que dividir mi día en innumerables cosas y las horas no me alcanzan. Yo estudio, trabajo y vivo mi noviazgo. Es por esto que me puse a estudiar una carrera universitaria porque pese a que me gustan mucho los videojuegos me di cuenta que el dinero no iba a venir pronto”, comenta.
Brecha de género presente en las competencias
La falta de tiempo y financiamiento es un problema transversal en este campo, aunque lamentablemente como es costumbre, las mujeres tienen aún más dificultades. Ellas están teniendo una notoria presencia en la red, aportando positivamente en cifras de creación de contenido y nivel competitivo, pese a esto, las complicaciones siguen estando ahí. “Hoy tenemos que adentrarnos en un terreno en el que antes habían casi solo hombres y a pesar de que hoy hay más presencia femenina, de igual manera existen diferencias. Los premios en nuestros torneos son por lo general inferiores a los masculinos, además, hay menos cupos para participar. Igualmente, vemos en internet que estamos expuestas al acoso en las organizaciones deportivas, y así, no dan ganas de competir”, indica Javiera.
Por otra parte, la exjugadora resalta cómo el comportamiento de la sociedad influye en el potencial progreso de una jugadora, es decir, lo que los demás esperan que haga una mujer pero que definitivamente es machista e incorrecto.
Nuevas oportunidades y el futuro de la industria
Claudio Espinosa es el actual director general del equipo de deportes electrónicos de la Universidad de Concepción. Él ve con buenos ojos el horizonte de esta área, puesto que la considera una alternativa laboral para las próximas generaciones.
“La aparición de los profesionales fue una ayuda tremenda, porque hoy la organización que tiene kinesiólogos, psicólogos y periodistas se distingue del resto, demuestra un trabajo más serio”, afirma.
De igual modo, reconoce el progreso que mantiene el sector en Chile, dado que el abanico de posibilidades se ha abierto, aunque más lento que en los países vecinos, hoy se rectifica y mejora el curso nacional de este peculiar tipo de deporte. “Es bastante curioso lo que ha ocurrido acá, estuvimos mucho tiempo haciendo las cosas mal y de pronto comenzamos a ver buenas costumbres que los demás han ido replicando”, sostiene.
En resumen, las competiciones de videojuegos son un mercado de oportunidades creciente, que requiere ser liderado por agentes que trabajen de forma rigurosa y que sean capaces de generar las instancias adecuadas para el desarrollo de la industria local, con el fin de hacer frente a la alta demanda que produce esta práctica que avanza a pasos agigantados.