Con más de 13 años de experiencia en desarrollo personal y organizacional, Rodrigo Aguayo, Coach con PNL certificado por la International Coaching Community y Team Coach certificado por HCN Word y la International Association of Coaching Institutes, decidió hacer un gran cambio: dejar de lado su extensa carrera como kinesiólogo para dedicarse a tiempo completo al coaching.
Al terminar la educación media a los 17 años, Rodrigo Aguayo se enfrentó a una gran incertidumbre sobre su futuro, «No tenía idea qué hacer,» recuerda, aunque inicialmente quería estudiar psicología, sin una dirección clara, fue su madre, enfermera de profesión, quien le sugirió estudiar kinesiología.
La formación de Rodrigo comenzó casi por inercia, «En ese tiempo yo no investigaba nada, o investigaba de otras áreas, pero pensar qué estudiar el resto de mi vida fue superfuerte», afirmó. Así, Aguayo se inscribió en la universidad en Temuco y, aunque inicialmente no estaba convencido, encontró su lugar en la kinesiología al darse cuenta de que podía ayudar a las personas.
Durante sus estudios superiores, Rodrigo descubrió una vocación inesperada. A lo largo de los años, encontró un gusto particular por las materias relacionadas con la psicología, destacándose, «Yo fui el mejor alumno en todos los niveles de esta asignatura, lo cual me indicaba dónde realmente estaban mis habilidades», concluyó.
Al trabajar con pacientes, el coach se dio cuenta de que su verdadero interés radicaba en las conversaciones y en ayudar a las personas más allá de la rehabilitación física. «Desde antes de conocer el coaching, yo orientaba mucho a mis pacientes, pero en otras áreas de sus vidas, principalmente en el ámbito laboral, era muy chistoso», destacó. Estas experiencias fueron decisivas para que Aguayo identificara su verdadera pasión: ayudar a las personas no solo físicamente, sino también en su desarrollo personal.
Tras cursar un proceso de formación y posteriormente certificarse, comenzó a trabajar simultáneamente como coach y kinesiólogo. Ejerció en diversos centros médicos, realizaba consultas particulares y a la vez atendía clientes de coaching, «Me di cuenta de que el tiempo se me pasaba volando cuando estaba atendiendo un coachee (cliente). Incluso si llegaba con dolor de cabeza, se me pasaba durante la sesión,» comentó.
Coach de jornada completa
Durante la pandemia, el centro médico donde trabajaba cerró durante tres meses, tiempo en el cual se dedicó a hacer sesiones online. «Cuando me pidieron que volviera porque ya podíamos abrir con ciertos resguardos, dije que no”, es así como, después de 27 años en la kinesiología, Rodrigo decidió dedicarse a tiempo completo a la realización de coaching.
En esos meses, el coach logró atraer clientes desde Punta Arenas hasta Santiago, principalmente a través del boca a boca. Aguayo expresó que ya había trabajado con algunas empresas y dado talleres en colegios, por lo que comenzó a contactar a amigos para ofrecer sus servicios, quienes a su vez lo recomendaron. Finalmente, las sesiones online se volvieron constantes.
El kinesiólogo comenzó a involucrarse cada vez más en el coaching hasta que decidió fundar una empresa. Inicialmente, estableció una sociedad con su esposa, pero tras su fallecimiento, continuó con el proyecto con dos socios que eventualmente decidieron dar un paso al lado. Rodrigo siguió adelante solo por un tiempo, hasta que se asoció con un par de amigos, «Ahora estamos enfocados en el ámbito empresarial y organizacional, trabajando en el bienestar de las personas y mejorando la comunicación en los equipos de trabajo. Creemos que las personas felices son más productivas», señaló.
Así fundó SUME (Sueños a Metas), una empresa de desarrollo personal y organizacional, que ha colaborado con variedad de organizaciones, incluyendo instituciones educativas como Inacap, UDLA, UNAB y UST; empresas como ATPAC, Preserva y Biplan; y organizaciones sin fines de lucro como Coanil y el hogar de niñas REMPER. Además, durante la pandemia, se dedicó intensamente a la investigación y el estudio del desarrollo personal, descubriendo su relevancia para el coaching, hoy utiliza diversas técnicas de mindfulness, enfoque y concentración.
Actualmente, como líder de SUME, dirige un equipo multidisciplinario que realiza y proyecta a gran escala talleres y entrenamientos corporativos, logrando un impacto significativo en la vida de las personas, contribuyendo al crecimiento y bienestar organizacional. Con su labor asegura, «queremos cambiar el mundo, pero queremos hacerlo uno a uno, si logramos tocar a las personas correctas en los tiempos correctos podemos cambiar empresas, familias, futuros. Cambiar a la humanidad, pero de a poco».